JL se encarga de argumentar que los discípulos se transforman en el otro ante el cual ceden y que el Desafío de JL es no ceder ante ellos.
Les muestra en qué radica el problema de ceder según a quien tienen enfrente, y en qué consiste la relación etimológica entre el ceder y el ser.
Los hace hablar en cuanto a que expongan los motivos por los cuales ceden, en cuanto a que hablan a medias ante los planteos de afuera.
Les hace ver que jamás se ataca a lo que se enseña sino lo operativo, y eso es a la cantidad de reuniones, los viajes, la presencia no negociada.
Les muestra que no tienen algo que decir de la Enseñanza porque se Sostiene, y que porque nos nombramos bajo el término de ocultismo ya se decreta que estamos en una secta.
Hace todo un desarrollo en donde desemboca en qué nivel de cuestión se produce el ceder y cuál es la trampa en eso de la cual ellos tienen que estar advertidos.