Una Maravillosa Supervisión de Europa en la que JL devela cuál es el signo de los tiempos, que se manifiesta también en lo que sucede respecto a la iglesia, y a su vez desarrolla a través del caso que expone, cuales son las soluciones ante el problema de creer que se está avanzando en el camino, cuando en verdad es el yo el que nos engaña al manejarnos el tiempo.